LA FORMACIÓN EN UN MERCADO LABORAL TECNIFICADO


Es un hecho que las exigencias de
productividad y competitividad determinan que, a un ritmo cada vez más
acelerado, las empresas deban implantar avanzados programas, tecnologías,
aplicaciones o sistemas informáticos y de comunicación. Como consecuencia de
tal circunstancia, en la presente obra se aborda el estudio de las competencias
que, en esta era digital, los mercados laborales reclaman de las personas
trabajadoras, caracterizadas por una creciente y acentuada capacidad de
influencia sobre su empleabilidad, opciones de promoción profesional e,
incluso, posibilidades de acceso a una ocupación de calidad. Precisamente, aquí
radica el principal valor que cabe atribuir a la formación (en particular, a la
continua y, además, centrada en conocimientos digitales y técnicos), pues en su
virtud se podrán mantener, actualizar y perfeccionar las competencias
profesionales, llamadas a servir como garantía relativa dentro de un contexto
marcado por los clásicos desequilibrios del entorno laboral y por la amenaza
latente de un desempleo estructural tecnológico. Por ello, la iniciativa y la
actitud proactiva que a este respecto han de mostrar las personas trabajadoras
tienen que ir acompañadas de la implicación real y efectiva de los poderes
públicos, los interlocutores sociales (negociación colectiva) y las empresas
(acciones de RSC). Más todavía en escenarios inciertos e inesperados como el
provocado por la COVID-19.